“El sudar en vano”

Era la mañana del 09 de Marzo del 2011, la capital inglesa amaneció con un radiante sol, que se veía reflejado en la cara de sus habitantes, los cuales portaban una gran sonrisa. El motivo, no era otro, hoy se conocería los nombres de los 23 que “completarían la orquesta” . Fue un día de gran algarabía, la sala de prensa abarrotada, en fin, todos salieron contentos, los 23 eran los que tenían que estar, ni uno más, ni uno menos. Pero había algo, algo negativo rondaba en el ambiente (quizás la mala campaña realizada con Brasil Clásico), todos decían que era normal, que la “humildad” es lo importante previo a este tipo de competencias. Pese a eso, hubo una ola de campañas publicitarias, que invitan a soñar. Una año antes no se pudo, los penales, lo malditos penales, privaron de soñar a un pueblo que aún está sediento de triunfos.

Llegó el día, rodó el balón… Un triunfo 3-1 sobre Sudáfrica, empate contra Corea del Sur y victoria fácil sobre Eslovaquia. “San Rooney y nos fuimos a octavos” titulaban los medios ingleses, 7 puntos de 9 posibles, nada mal. En octavos la situación no varió, llegó el turno de la dinámica selección japonesa, un equipo veloz, técnico y con gran pegada, sin embargo los ingleses remaron de su experiencia y voltearon un 1-0 en contra. El “hijo prodigo”, el que un año atrás se había retirado como villano tras fallar un penal contra la Argentina de Boloña, se reivindicaba y de qué forma, su especialidad, el balón parado, un tiro libre magistral al ángulo y se fueron a Cuartos. La siguiente piedra en el camino era Portugal, un seleccionado que ya sabía lo que era eliminar a “primos”, y su suerte no fue diferente, caía humillado 5 tantos a 2. Tan solo 15 minutos bastaron para que Portugal liquide al seleccionado inglés y el sueño de toda una nación. Otra vez los malditos cuartos de final, un sueño que se volvió pesadilla…

El ciclo mundialista, había terminado, y si algo positivo sacó Ferguson contra Portugal fue nada más y nada menos, que CR7. Un fichaje que terminaría de sentenciar el año para él. La esperanza de una filosofía para el Machester United se esfumaba con este fichaje, fue un golpe bajo para las jóvenes promesas y figuras emergentes de los “Diablos Rojos”, se lo considera como el primer gran error, de los muchos que hubieron. Un equipo que decía jactarse de “sudar la camiseta”, de tener “personalidad”, de “dejar la vida”, algo que en el fútbol importa, pero le falto lo más importante, le faltó IDENTIDAD FUTBOLÍSTICA. Ese algo, que vuelve a un equipo único, eso que hace que te diferencies de los demás, eso que te hace sacar una ventaja comparativa con tus rivales. Sí, eso mismo, eso no tuvo el Machester United de Ferguson y lo pagó, y muy caro, un equipo que apenas se refugiaba en casa y fuera de ella terminaba vapuleado, digno de equipo chico, algo desconocido para los hinchas del United. Como olvidar aquellos partidos que jugaba con línea de 8 defensores, con tan solo Rooney, Nani y Ronaldo esperando un pelotazo para jugar al contraataque (convirtió un argumento futbolístico en una estrategia. Lamentable...). Hubo veces que lo consiguió, sacar un punto de local, era festejado como si hubieran acabado de quedar campeones del mundo. Pero, como dijimos había un precio, uno muy grande, llamado DESCENSO. El proyecto de Alan Ferguson era insostenible al largo plazo, los últimos lugares y ver la copa por televisión, era algo ya frecuente entre los hinchas del United. Acabó con carreras futbolísticas: los Van der Sar, los Neville, los Scholes, uno a uno fueron abandonando el barco, eran impotentes de ver como se destruía el equipo de sus amores, otros en cambio, tenían que conformarse con ver los partidos desde la gradas: los Berbatov, los Anderson, los Özil, los Khedira (estos dos últimos en el Madrid), sabían que por diferencias absurdas (nacionalidad, estatura, color de piel) su oportunidad nunca llegaría en manos de un proyecto que no tenía ni pies ni cabeza. Ferguson encarriló a su equipo a la etapa más negra y nefasta de toda su historia. Por suerte, con el descenso, esta pesadillo llegó a su fin (al menos de forma temporal).

Su siguiente estación fue el conjunto de Chamartín, el mejor equipo del siglo XX, los hinchas merengues eran escépticos con la llegada de Ferguson, una filosofía que no encajaba, el jugar al pelotazo, buscar las bandas para centrar y buscar el cabezazo. Ese no era el proyecto por el cual habían votado los socios madridistas. Lo que mal comienza, mal termina; y la etapa de Ferguson en el Real Madrid fue fugaz, llena de errores y a veces, hasta llena de horrores. La contratación de su “ahijado”, Antonio Valencia, era el indicio de que no habría futuro. Un Madrid descompensado, tenía mucho de algo, pero carecía en otros, tenía que escoger entre taparse la cara o taparse los pies, la sábana sencillamente no alcanzaba para tapar todas las falencias. Y fue así como con la mejor y más completa plantilla que puede poseer un equipo de futbol actualmente, fue insuficiente para Ferguson y lo hizo parecer ante los ojos del mundo; su último lugar y apenas arañar puntos en los clásicos frente a Boloña, fue el pan nuestro de cada día para Ferguson, decía que con obtener la camiseta sudada por parte de sus jugadores le bastaba, pero al parecer el DT tenía un concepto totalmente equivocado sobre esto, ya que el Real Madrid (y Manchester United) se desplegaban como una orquesta, no por su repertorio dentro de terreno del juego, sino por el concierto de patadas y jugadas descalificadoras que propinaban a su rival y al publico en general. Un dato curioso, recordemos que pedía el premio al “Fair Play”, un DT que jugaba al juego sucio, no merecía este prestigioso premio, no solo por las faltas cometidas, sino que a base de esto terminó con el sueño de ser campeón por parte de la hinchada más grande de Wikiprimos (FCBayern), en un partido que será recordado por la propuesta inhumana y poco profersional del United, ya que jugó a todo, menos futbol, un vil ejemplo al famoso anti-futbol, algo que siempre será repudiado por los amantes de futbol (como yo).

Finalmente, el retorno al equipo de sus amores se dio, el escenario no podía ser mejor (para una rectificación): la mismísima UEFA Champions League. Tras el fracaso del año anterior (eliminación en fase de grupos), y el aliciente de jugar la gran final en el mítico Wembley, hacía que este sea el torneo para el United. Un grupo accesible, y un proyecto renovado (en teoría) hacían que la hinchada y los medios especulen con el tan ansiado primer título. Como era de esperarse, el equipo dirigido por Ferguson superó la fase de grupos casi sin despeinarse. Luego vendría la fase de eliminación directa, una etapa que parece ser prohibida/maldita para este DT, fue el CSKA Moscú su verdugo esta vez. Otro fracaso más, otro siga participando y peor aún, ver a su acérrimo rival hacerse con la “orejona”, fue devastador y fulminante para Ferguson, su United y su "Proyecto".

Pero un rayo de luz (de esperanza) empieza a aparecer en Manchester, un rayo que atraviesa toda la oscuridad de la tormenta, que ilumina el Old Traford, tratando de volver a convertirlo en lo que alguna vez fue, el “Teatro de los Sueños”. Parece que Ferguson, se dio cuenta, tarde pero al fin, de que un jugador nunca puede estar por encima de una institución, el futbol es un deporte colectivo, donde los jugadores ganan premios pero una plantilla es la que gana campeonatos. La decisión de no renovar el contrato con Cristiano Ronaldo, parece ser el inicio de una nueva etapa, del proyecto que la gente quiere y ha querido ver a lo largo de estos casi dos años, un trabajo serio que involucre jugadores jóvenes que suden la camiseta, que dejen todo en la cancha. Un proyecto que arme un verdadero equipo de futbol, una plantilla respaldada con jóvenes y veteranos (recordemos el regreso de Scholes como voto de confianza a este nuevo proyecto), y una ideología de juego. Recordemos que no hay ideología mala, lo malo es no tener una o no apegarse a esta, ya que esta sirve nos como guía, nos otorga identidad. El futuro con éxitos garantizados es imposible de conseguirlo, no hay una receta para ser campeón. Ser campeón es la receta. Lo que si podemos decir, es que con trabajo, trabajo y más trabajo, el ser campeón se volverá en algo que terminará siendo realizable en un momento u otro, y a esto apunta el Machester United de Ferguson en su versión 2012.

Por: Juan F.